Comitán.- Son pocas las personas que conocen la zona arqueológica de Junchavín, incluso el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que lejos de preservar esta riqueza la ha dejado a su suerte, desde que un periodista japonés trabajó ahí por varios años.
La zona arqueológica de Junchavín, del maya tojolabal “Jun”: uno y “Chavín”: guardián “Ine” lugar, siendo así Junchavín el guardián número uno, según explicó él agente municipal de Quijá, Rogelio Guillén Ruiz, ha estado en el abandono por más de 10 años.
La autoridad del ejido donde se encuentra el “primer guardián”, reveló que el INAH, ha tratado de recuperar esta zona que tiene una extensión de 11 hectáreas en tres ocasiones pero inician con un proyecto y "luego lo abandonan por completo".
La zona arqueológica Junchavín, es una de la zonas más difundidas por el INAH sin embargo, poco se hace para su conservación, fue apenas que en este último mes, 40 ejidatarios cercaron la zona con alambres de púas como los “primeros trabajos de recuperación”.
Guillén Ruíz, mencionó que los 40 ejidatarios se emplearon bajo el programa de SEDESOL “empleos temporales”, que les ha pagado durante el mes de julio y parte de agosto, 54 pesos diarios para limpiar la cima del cerro y colocar la cerca con cinco hileras de alambre, “pero veremos cuanto tiempo dura este lugar limpio”.
Se localiza al norte de Comitán, en las inmediaciones de la zona urbana y fue un asentamiento de origen maya, así el significado del topónimo permanece como una incógnita pero conocedores mencionan que significa Casa del Rey Chavín.
Hoy las 300 familias que viven alrededor de la zona arqueológica abandonada, ven con buenos ojos que SEDESOL los haya empleado sobre todo en esta época de crisis, sin embargo señalaron que los riesgos en este lugar fueron mucho hubieron saqueos y en su momento una pandilla se dedicó a asaltar a los visitantes, incluso violaron a una turista, lo que obligó a la Secretaría de Turismo quitar la placa de señalamiento que estaba en la entrada de Comitán y que señalaba "Junchavín, zona arqueológica".
Las fallas estructurales en el sitio pueden ser bastantes, aunado a esto los ejidatarios comentaron que el impuesto predial de esta extensión de tierra fue muy elevado, tuvieron que pagar mil 800 pesos, dinero que fue pagado de su raquítica economía.
Quijá, necesita que las autoridades, la que “sea”, recalcaron, se haga cargo de este lugar, dada la relevancia de este sitio propusieron iniciar lo antes posible el dialogo para que el gobierno federal compre estas 11 hectáreas de terreno, pagar al ejido y realizar la posible labor de conservación y limpieza permanente, para que los turistas naciones e internacionales puedan visitarlo.
La zona arqueológica de Junchavín, del maya tojolabal “Jun”: uno y “Chavín”: guardián “Ine” lugar, siendo así Junchavín el guardián número uno, según explicó él agente municipal de Quijá, Rogelio Guillén Ruiz, ha estado en el abandono por más de 10 años.
La autoridad del ejido donde se encuentra el “primer guardián”, reveló que el INAH, ha tratado de recuperar esta zona que tiene una extensión de 11 hectáreas en tres ocasiones pero inician con un proyecto y "luego lo abandonan por completo".
La zona arqueológica Junchavín, es una de la zonas más difundidas por el INAH sin embargo, poco se hace para su conservación, fue apenas que en este último mes, 40 ejidatarios cercaron la zona con alambres de púas como los “primeros trabajos de recuperación”.
Guillén Ruíz, mencionó que los 40 ejidatarios se emplearon bajo el programa de SEDESOL “empleos temporales”, que les ha pagado durante el mes de julio y parte de agosto, 54 pesos diarios para limpiar la cima del cerro y colocar la cerca con cinco hileras de alambre, “pero veremos cuanto tiempo dura este lugar limpio”.
Se localiza al norte de Comitán, en las inmediaciones de la zona urbana y fue un asentamiento de origen maya, así el significado del topónimo permanece como una incógnita pero conocedores mencionan que significa Casa del Rey Chavín.
Hoy las 300 familias que viven alrededor de la zona arqueológica abandonada, ven con buenos ojos que SEDESOL los haya empleado sobre todo en esta época de crisis, sin embargo señalaron que los riesgos en este lugar fueron mucho hubieron saqueos y en su momento una pandilla se dedicó a asaltar a los visitantes, incluso violaron a una turista, lo que obligó a la Secretaría de Turismo quitar la placa de señalamiento que estaba en la entrada de Comitán y que señalaba "Junchavín, zona arqueológica".
Las fallas estructurales en el sitio pueden ser bastantes, aunado a esto los ejidatarios comentaron que el impuesto predial de esta extensión de tierra fue muy elevado, tuvieron que pagar mil 800 pesos, dinero que fue pagado de su raquítica economía.
Quijá, necesita que las autoridades, la que “sea”, recalcaron, se haga cargo de este lugar, dada la relevancia de este sitio propusieron iniciar lo antes posible el dialogo para que el gobierno federal compre estas 11 hectáreas de terreno, pagar al ejido y realizar la posible labor de conservación y limpieza permanente, para que los turistas naciones e internacionales puedan visitarlo.