Fredy Martín Pérez
San Cristóbal de las Casas, Chis.- Chiapas con la mayor disponibilidad de agua por habitante en México, con 24 mil 549 metros cúbicos por habitante, según el INEGI, es un recurso que se disputa por medio de las balas de las AR-15 y AK-27, sobretodo en comunidades indígenas.
En los últimos 13 días, en dos enfrentamientos que ocurrieron en los municipios de Zinacatán y San Cristóbal de las Casas, un niño perdió la vida y 30 indígenas han resultado lesionados a balazos, golpes, pedradas y garrotazos.
El cuatro de marzo, 20 indígenas tzotziles de la comunidad Jech Toch, en el municipio de Zinacatán, se registró un enfrentamiento donde 20 hombres resultaron lesionados.
Ese dos de marzo, un grupo de 20 indígenas liderados por el agente municipal José Estaban Pérez Vázquez, militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) llegó a la casa de Juan López Méndez, para cortarle el servicio de agua, bajo el pretexto de que no había dado su cooperación.
En pocos minutos, otro grupo de militantes del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), en el que militar Juan, se organizó y encaró a los priistas.
En pocos minutos, de las palabras se pasaron a los golpes, pedradas y garrotazos.
Como resultado 20 tzotziles resultaron lesionados, por lo que tuvieron que ser trasladados hacia clínicas de la región.
Además los priistas retuvieron a Juan Hernández Hernández y su hijo Mariano Hernández.
Pero las cosas no quedaron ahí, ya que los verdes golpearon al retenido Juan López Méndez, para luego trasladarlo hacia la comunidad Pasté, del municipio de Zinacatán.
Funcionarios del gobierno del estado debieron mediar en el conflicto, para que fueran liberados los retenidos.
Del problema de la distribución del agua no hubo acuerdos.
Ese cuatro de marzo, habitantes del municipio de Pueblo Nuevo, denunciaron que en tres meses, 12 mil habitantes de los siete barrios de la cabecera municipal quedarían sin el vital líquido que llega desde el ejido Laureles.
En su desesperación, los habitantes de ese municipio ubicado a 121 kilómetros de la capital Tuxtla Gutiérrez, realizaron un bloqueo carretero que enlaza este municipio con Tabasco.
Los pobladores explicaron que desde hace varios años, han sufrido el desabasto de agua, pero para solucionar la demanda, el alcalde Enoch Díaz Pérez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), realizó un convenio con los habitantes del ejido Laureles, a cinco kilómetros, para surtir a los hogares de la cabecera.
Después de instalada la tubería y acordar el pago de 150 mil pesos mensuales, a los habitantes de Los Laureles, el alcalde ya no quiso pagar y fue entonces que los ciudadanos buscaron el dinero para la deuda y tener agua.
Lo peor es que cuando llevaron el dinero, a las autoridades del lugar, las autoridades comunitarias dijeron que sólo tenían tres meses de agua, porque el manantial empezaba a bajar de su nivel y de seguir así, los habitantes de Laureles también se quedarían sin agua.
Después de hablar con funcionarios del gobierno del estado y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), los habitantes les pidieron buscar un manantial, pero después de varios días de trabajos no hallaron una fuente de abastecimiento cercana y la más cerca está a una parte baja del municipio.
Para llamar la atención de las autoridades, los habitantes bloquearon la carretera que enlaza Pueblo Nuevo, con Tuxtla Gutiérrez y Tabasco.
El pasado 15 de marzo, se registró un violento enfrentamiento en la comunidad San Antonio del Monte, donde un niño de diez años de edad, perdió la vida y diez adultos más resultaron heridos, cuando integrantes de un grupo armado que portaba fusiles AR-15 intentó liberar a un indígena tzotzil acusado de no pagar su cuota de agua.
Los habitantes de ese poblado dieron a conocer que el origen del conflicto, se debe a la disputa de un manantial que suerte de agua a la colonia y a pesar de que un grupo de habitantes realizó el pago para tener acceso del líquido, ahora les niegan el servicio.
Otros conflictos por la disputa del agua, se han registrado en Tenejapa, donde el año pasado se enfrentaron con armas de alto poder, indígenas tzeltales de la comunidad Kokolté y del barrio La Curva de ese lugar, por la distribución de agua, aunque el conflicto inició con la instalación de topes en la carretera, que se saldó con un muerto y 12 heridos.
Fue cuando los habitantes de Kokolté, suspendieron del líquido a 70 familias de La Curva, cuando se registró el enfrentamiento, en venganza, por un conflicto anterior.
Pero los problemas se han extendido por Huixtán, Chanal, San Juan Cancuc y Las Margaritas, donde grupos de indígenas se han enfrentado por la falta de agua.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), considera que a pesar de la disponibilidad de agua en Chiapas, menos del 50 por ciento de la población puede abastecerse del líquido, en las regiones Sierra y Altos, donde están las comunidades más pobres de México.
El Consejo Nacional de Población, estima que el 50 por ciento de la población que tiene acceso al recurso, sólo en la mitad de los casos la toma se encuentra en el interior de las viviendas, es decir, únicamente el 26 por ciento de las viviendas de Chiapas, tiene agua entubada.
Lo trágico es que entre el 40 y 50 por ciento del agua, se desperdicia en fugas por la deficiente red hidráulica de las principales poblaciones de Chiapas.
La abundancia de agua y la escasez de esta en algunas comunidades, el gobierno federal "mantiene la visión" de Chiapas, como si fuera una "despensa" para surtirse de materias primas, alimentos, energéticos y de agua, dice el doctor Daniel Villafuerte Solís.